Me imagino que
alguna vez habrás escuchado como fue que se creó el planeta en que tú y yo
vivimos. Por lo tanto, entre todos podemos hacer un repaso de cómo sucedieron
los hechos.
Cuando Dios comenzó a crear, la tierra no tenía forma ni había en ella nada
que tuviese vida. Todo estaba cubierto por una gran oscuridad. Fue así que
dijo: ¡Manos a la obra!
El 1º día separó la luz de la oscuridad, apareciendo el “día” y la “noche”.
¡Qué contento estaba Dios al terminar su primera creación!
El 2º día separó las aguas, formándose el “cielo”.
El 3º día separó las aguas de lo seco, creando la “tierra” y el “mar”.
Tanto le gustó lo que estaba haciendo que decidió que en la tierra hubiese
árboles y plantas que den fruto y semillas. En pocas palabras comenzó la
“Agricultura familiar”.
El 4º día se dedicó a trabajar en el cielo. Creó dos grandes lumbreras: el
sol y la luna. Estas no solo tenían la función de alumbrar, sino también de
separar el día de la noche, indicar las estaciones, los días y los años. Y
junto a ellas colocó a las estrellas. ¡Cada día que pasaba Dios estaba más
contento con lo que estaba creando!
Llegó el día 5º. ¿Qué tendría preparado para hoy? El objetivo era el cielo
y el mar. Decidió que el mar se llenase de seres vivos al igual que el cielo de
aves que lo cruzaran. Así fue que creó los grandes y pequeños peces, así como
todo ser vivo que encontramos en el mar. Creó también todas las aves que
conocemos y muchas más. A todos ellos los mandó reproducirse sobre toda la
Tierra.
El día 6º, se dedicó a la tierra. Creó los animales domésticos, los
salvajes, los reptiles y los insectos. Y también creó al hombre y a la mujer.
¡Qué feliz y satisfecho estaba con todo lo que había creado! Para él era bello.
Ahora, se merecía un descanso…
Cuando Dios finalizó su gran
obra, le dijo al hombre y a la mujer:
“Hoy les entrego a ustedes toda planta que da semilla y todo árbol que da
fruto. Todo esto les servirá de alimento.” (Génesis 1:29) Puso a disposición de
ellos lo que había creado, pero dice la Biblia también, que lo hizo para que
“…lo cultivara y lo cuidara…” (Génesis 2:15)
¿Eso es lo que está haciendo el hombre? ¿Estamos cuidando la creación de
Dios, nuestro planeta? Hay un texto en la Biblia que nos describe lo que está
pasando con la Tierra: “Nosotros sabemos que el mundo se queja y sufre de
dolor” (Romanos 8:22) Poco a poco estamos destruyendo el precioso mundo que
Dios creó para nosotros. ¿Hay algo que se pueda hacer?
¡Claro que sí! Estamos a tiempo de cuidar y cumplir con la tarea que Dios
nos dejó. Dice la Biblia que “Todo lo que Dios creó es bueno y nada es de
desechar.” (1ª Timoteo 4:4) por lo tanto, tenemos una gran tarea en nuestras
manos. ¿Qué les parece si nosotros también ponemos “Manos a la obra”?
¿Qué podemos hacer?
- Utiliza solo el agua que necesites, no la desperdicies.
- Protege y cuida árboles y plantas que te rodean.
- Deposita la basura en el lugar correcto. Luego podrás clasificarla.
- Conversa con los adultos sobre cómo mantener el aire puro y reducir la polución.
- Cuida lagos, ríos y mares para no contaminarlos con basura.
- Intenta reciclar algunos materiales y utiliza los que ya están reciclados.
- Recuerda siempre las R: Reciclar, Reducir, Reutilizar, Rechazar, Recuperar.
¿Tienes otras sugerencias?
El 5 de junio es el Día Mundial del Medio Ambiente, un excelente
día para que reconozcamos lo que dice el Salmo 104:24 “Dios nuestro, tú has
hecho muchas cosas, y todas las hiciste con sabiduría. ¡La Tierra entera está
llena con todo lo que hiciste!”. Y para que nos comprometamos a cumplir con CUIDAR
LA TIERRA QUE NOS REGALÓ. ¿Estás dispuesto?
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